Café Gardenia

Hasta los años 60 en el Quindío se cultivaban variedades de Arábica y se producía café de excelente calidad, pero la calidad en sí misma no era la preocupación de los cafeteros de la época: la cantidad reinaba. Así, cuando se introdujo el café Caturra, desarraigaron Arábica y sembraron Caturra. Con cuatro veces más cafetos por hectárea y una producción por cafeto comparable, llegó la bonanza cafetera.

Pero en los años 80 entraron en Colombia la roya, un hongo que ataca la hoja, y la broca, un cucarrón que perfora el grano. La confluencia de estas dos plagas sacó del mercado a muchos caficultores.

El desarrollo de variedades resistentes a la roya y tratamientos orgánicos contra la broca han permitido un renacimiento del cultivo del café. Pero ahora con una cultura nueva, centrada en la alta calidad como única manera de sobrevivir en un mercado competitivo.

La Ceiba es un ejemplo de esta nueva cultura: cafetales pequeños, producción orgánica, variedades resistentes a la roya, varietales apreciados en mercados selectos y de nicho, tecnología y procesos ecológicos que ahorran agua y energía. Y para poder competir, producimos café selecto: Seleccionamos los granos al cosecharlos, antes de procesarlos y otra vez antes de tostarlos.

Porque somos pequeños, no podemos permitirnos ser malos. Por eso luchamos para mejorar nuestro producto. Cada día. En cada etapa del proceso. Sin descanso. El resultado es un 95% de granos retenidos en las mallas 16 a 18 y calidad en taza avalada por catadores independientes por encima de 85 puntos.

Pero estos logros son sólo un estímulo para continuar, y nuestra meta es ¡producir café de 90 puntos!
Si usted comparte estos mismos valores, puede apoyarnos visitando nuestro Hotel Boutique La Ceiba.

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